Conoce a nuestro Consejero Académico y Research Fellow James Coleman, Profesor Asociado de Leyes en SMU, y conoce más sobre su trabajo e investigación.
¿Cómo fue que te interesaste en legislación energética?
Mis primeros dos trabajos fueron en la genética de las mariposas y como profesor de física de preparatoria, así que quería trabajar en un área de leyes relacionada con la ciencia. En particular, me gusta cómo la energía, así como la biología o la física, explica mucho acerca del mundo a nuestro alrededor: Porqué la gente vive donde vive, porqué las ciudades crecen, y porqué los países aumentan su prosperidad.
Eres parte de un grupo llamado Energy Tradeoffs, el cual promueve mayor conciencia y discusión sobre los intercambios complicados en la descarbonización del sector energético. ¿Qué te motivó a formar parte de este proyecto?
La vida está llena de intercambios. Nuestro sistema energético fue moldeado por las necesidades y deseos humanos y todos los intentos de expandirlo y mejorarlo enfrentan intercambios difíciles. Al mismo tiempo, los debates públicos con frecuencia pretenden que esos intercambios no existen, pues los políticos difícilmente admiten que sus propuestas tienen desventajas. Además, la energía es un sector tan movido y tan lucrativo, que muchos de los análisis públicos disponibles son de grupos que buscan empujar su agenda, más que informar. El proyecto Energy Tradeoffs, que empezamos con académicos de todo el país, llena ese vacío al presentar entrevistas con expertos de energía que explican las decisiones difíciles que enfrentamos para transformar la industria energética.
En febrero de 2021 hubo cortes energéticos masivas en Texas. ¿Desde tu perspectiva, hay algo que Texas debería de hacer para prevenir que esto vuelva a suceder en una escala tan grande?
Los cortes fueron una falla catastrófica: Hubo un momento en el que los productores de energía en Texas tenían 27 GW menos de los necesarios para los consumidores texanos. California sólo produce 20 GW de energía en promedio, así que Texas tenía “una California” menos de lo que necesitaba. Esto es inaceptable. Hay preguntas fuertes acerca de si nos conectamos o no a las redes energéticas de otros estados o si pagamos o no por almacenar electricidad o gas. Pero hay ciertos aspectos más sencillos que debemos atender. El administrador de la red energética necesita planear para una mayor cantidad de escenarios. También necesitamos terminar con la confusión que provocó que los proveedores cortaran la electricidad a los gasoductos utilizados por las plantas energéticas, lo cual llevó a algunos proveedores a cortar algunas plantas. Y necesitamos tener un sistema de precios de respaldo. Los precios altísimos ocurrieron porque el sistema de precios de la administración de la red energética tuvo un fallo durante la crisis, lo cual orilló a los reguladores a fijar los precios al máximo cuando había poca energía.
¿Puedes compartirnos algo sobre la investigación en la que estás trabajando?
Estoy trabajando en dos proyectos grandes. Uno cuenta con el apoyo del Centro Texas-México, el cual estoy escribiendo junto con Guillermo García Sánchez de Texas A&M. Es sobre el corazón del comercio energético en América del Norte. Estamos examinando algunas de las crecientes amenazas al comercio entre Estados Unidos y México, debido a que en Estados Unidos ha crecido la oposición a la infraestructura petrolera y a las exportaciones energéticas, y al retroceso de la reforma energética en México. Y estamos creando un menú de soluciones de políticas que podrían dar mayor certidumbre para ayudar a Texas y México obtener todos los beneficios del comercio energético transfronterizo.
El segundo proyecto es acerca de las barreras estatales al comercio energético nacional e internacional. El moverse a un sistema energético más limpio va a requerir infraestructura lineal. El carbón y el petróleo construyeron al mundo moderno porque son fáciles de transportar y almacenar en donde se requiera. Pero ahora podemos producir gas natural y energías limpias a bajo costo y de fuentes alternativas – el reto es que necesitamos gasoductos y líneas eléctricas para llevar estas energías limpias a los consumidores a un precio accesible. Pero se está complicando cada vez más el obtener permisos para estos proyectos energéticos y los gobiernos estatales y locales están encontrando nuevas formas de vetar proyectos que no les gustan. Este proyecto considera las reformas legales que abordan este problema.
¿Por qué decidiste formar parte del Consejo Académico del Centro Texas-México?
El enfoque de mi investigación es transporte y comercio energético, así que es emocionante estar en Texas, el centro del mercado global energético. Y la relación energética más importante de Texas es con México, así que SMU es muy afortunado de tener este centro único, que se enfoca en esta crucial relación estado-país. Es un gran momento para estar trabajando con el Centro en un hermoso campus aquí en el centro del área metropolitana de mayor crecimiento del país, trabajando en asuntos que van a ser centrales para el futuro de nuestro continente.
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