Realizamos una colaboración con el SMU O’Neil Center for Global Markets and Freedom para producir su informe anual 2017-18, “Texico: La economía Texas-México y su Futuro Incierto.” Debajo se explica la investigación en la entrevista con los co- autores, W. Michael Cox, director fundador del O’Neil Center, y Richard Alm, escritor en residencia del O’Neil Center.
TM: ¿POR QUE DECIDIERON ENFOCAR ESTE INFORME ANUAL EN LA ECONOMIA DE TEXAS-MEXICO?
Cox: En el Centro O’Neil hemos tenido un interés en la economía de Texas durante casi una década. Estábamos muy conscientes de la importancia creciente de México para la prosperidad del estado. Lo que hizo a Texico – nuestra palabra para las economías conjuntas – tan apremiante fue el surgimiento de amenazas a los estrechos lazos económicos entre Texas y Mexico.
Alm: El nacionalismo económico asomó su cabeza en ambos lados de la frontera. En los Estados Unidos, Donald Trump llegó a su encargo a desestimar el consenso de seis décadas sobre libre comercio. Señaló al TLCAN como “el peor tratado comercial de todos.” Nos preguntamos que significaría eso para Texas. Mientras trabajábamos en este proyecto, Trump impuso aranceles al acero y aluminio y México eligió a Andrés Manuel López Obrador, un líder izquierdista con un historial de retórica populista.
TM: ¿QUE LES PARECIO LO MAS IMPACTANTE SOBRE TEXICO? ¿HUBO ALGO INESPERADO?
Alm: El tiempo que tuvo que pasar para que las estrellas se alinearan. Texas y México han sido vecinos alrededor de 200 años, pero el verdadero impulso hacia la integración empezó apenas hace algunas décadas. El catalizador fue la caída de los precios del petróleo en los 80s. Las épocas difíciles obligaron a México a abrir su economía cerrada y empujó a Texas a diversificarse de su dependencia petrolera.
Cox: Para mí, es la persistencia en las brechas hacia el bienestar. La teoría económica dice que países más pobres que se integran con países más ricos deberían de ver sus estándares de vida elevarse más rápidamente y convergir. Eso sucedió con Corea del Sur, China, Chile y muchos otros países. Nosotros documentamos el paso más lento de la convergencia de México con datos sobre ingreso per cápita y propiedad de bienes como autos, computadoras, teléfonos inteligentes y enseres domésticos. México se empezó a emparejar, luego se estancó y finalmente volvió a recuperarse en la década pasada. El emparejamiento ha sido lento y aún falta mucho.
TM: CUANDO MEXICO ABRIO SU ECONOMIA, EMERGIO LA ECONOMIA DE TEXICO. ¿CUAL SIGUE SIENDO EL MAYOR OBSTACULO?
Cox: Nosotros lo resumimos con el concepto de libertad económica. El abrirse a comercio e inversión extranjera solamente inicia el proceso de integración económica. También requiere una reforma profunda de la economía doméstica que reduzca el rol del gobierno y comprometa a la nación con los mercados y el sector privado. En los 80s y 90s, México hizo cambios revolucionarios de política pública, pero el compromiso con los mercados perdió dinamismo. Hemos visto evidencia de un compromiso vacilante e incluso en retroceso en la pasada década.
Una medida de libertad económica en todos los niveles de gobierno, estatal, así como nacional, había empezado, pero se hundió en la década pasada. Ahora está por debajo de lo que estaba a principios de los 90s. El principal asunto es la falla del estado de derecho. En la vida diaria, eso se traduce como corrupción y crimen. Burócratas siendo sobornados y los asesinatos relacionados con los carteles de la droga crean miedo que envenena la planeación de negocios, la confianza de inversionistas y todo lo necesario para crecer una economía.
TM: ¿QUE POTENCIAL VEN PARA TEXICO? ¿QUE DEBE SUCEDER PARA QUE TEXICO ALCANCE SU POTENCIAL?
Alm: Texas y México obtuvieron logros importantes en las pasadas tres décadas. Tan sólo hay que ver el comercio transnacional – creció más de tres veces como porcentaje del PIB de Estados Unidos. Hay potencial para mucho más porque el proceso de integración aún es relativamente joven. Grandes compañías estadounidenses han construido cadenas de suministro en México como una manera de aumentar su competitividad global. Seguiremos viendo esto, pero más negocios estadounidenses descubrirán el creciente mercado de consumidores mexicanos. Compañías estadounidenses más pequeñas aún están rezagadas en encontrar oportunidades al sur de la frontera. Las compañías mexicanas muy recientemente empezaron a adentrarse al mercado estadounidense. La apertura del mercado energético mexicano apenas comenzó hace unos años – eso podría ser un gran premio para Texas. La tecnología y capital del estado son justamente lo que México necesita para revertir la caída de su producción petrolera, que inició en 2005.
Cox: ¿Qué se necesitará para alcanzar el potencial? Cuatro cosas. Primero, ambos países necesitan mantener su compromiso con el libre comercio en América del Norte, lo cual significa rechazar el espejismo del nacionalismo económico. Segundo, México necesita desarrollar una fuerte ética de libertad económica – tanto a nivel nacional como a nivel estatal. Esto no será algo fácil para un país con un historial de ver hacia adentro y de políticas económicas dominadas por el estado. Tercero, México necesita aumentar sustancialmente sus niveles educativos. Actualmente, el país tiene en promedio 8.6 años de escolaridad entre los que tienen 25 años, comparado con 13.3 años en Estados Unidos. Y cuarto, México debe controlar el crimen relacionado con la droga.
TM: COMO DICE EL TITULO DEL INFORME, EL FUTURO DE TEXICO ES INCIERTO. ¿USTEDES SON OPTIMISTAS O PESIMISTAS SOBRE EL FUTURO?
Cox: Yo soy un optimista de largo plazo. He pasado toda mi carrera como economista estudiando el poder de los mercados para crear riqueza y mejorar la calidad de vida. Los texanos entienden estas cosas como si fuera parte de su ADN. Muchos mexicanos lo entienden también. Las nuevas generaciones no quieren regresar a las formas de antes. No preveo el triunfo del nacionalismo económico. Nunca ha funcionado. Siempre lleva al declive económico. La libertad económica trae prosperidad.
Alm: Yo también soy optimista. Estados Unidos, México y Canadá firmaron un nuevo acuerdo comercial para reemplazar al TLCAN. Esperemos que lo ratifiquen los tres países. El desenlace dependerá en política más que en comercio o economía. El peor escenario es que quizás tendremos que esperar a que Trump y López Obrador terminen sus mandatos, pero hay poderosos votantes a favor del comercio que van a luchar para preservar la integración existente y expandir oportunidades transfronterizas. Texico es el futuro en esta parte del mundo.
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